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sábado, 23 de junio de 2012

21-COLINDRESES ILUSTRES -DOCTOR WENCESLAO LOPÉZ ALBO

Hoy nos acercaremos a la biografía de una figura, que parece ser que siendo oriundo de Colindres, es mas reconocido en la vecina villa pejina que en nuestro pueblo .
La calle de acceso a Colindres desde la pesquera empieza siendo calle Wenceslao Lopez Albo, y al llegar a nuestra villa, se transforma en Ramón Pelayo, que sin tener ningún demérito no era natural de nuestro pueblo.

Ramón Pelayo de la Torriente (Valdecilla, Medio Cudeyo, Cantabria; 24 de octubre de 1850 - 26 de marzo de 1932), I Marqués de Valdecilla, fue un destacado empresario de la región cántabra, vinculado al mecenazgo y patrocinio de la construcción de centros sanitarios, educativos y administrativos.

Aspecto actual de la calle Wenceslao Lopez Albo de Laredo. 


Por lo tanto reconocemos la labor de un gran mecenas para todos los cántabros, pero nos olvidamos de las grandes y muy importantes figuras que ha tenido nuestra villa.


Tras escribir esta entrada me entere que el centro de salud de Colindres lleva por nombre "Dr López Albo", aunque en la practica nadie lo conozca así. Lo cierto es que si tiene ese nombre, por lo tanto tengo que desdecirme y reconocer que en esta villa se ha dado nombre de este ilustre medico a su centro de salud.

Pero veamos quien era Wenceslao López Albo.(Fuente Internet)

Dr. Wenceslao López Albo

Nacido en Colindres en 1889, pasó los primeros años de su infancia en Colindres. Estudió Medicina en Valladolid, doctorándose en Madrid con Sobresaliente y Premio Extraordinario. Posteriormente trabajó en su Hospital General con Nicolás Achúcarro. Igualmente acudió al Laboratorio de Histología de la Junta para la Ampliación de Estudios, así como al Manicomio de Ciempozuelos con Gayarre. Mas tarde se desplazó a Berlín en viaje de estudios, donde visitó los Servicios de los profesores Bonhoeffe, Lewandowski, Krause y Oppenheim. De aquí pasó a Francia a estudiar con Pierre Marie y posteriormente con el profesor Föester, que dirigía una clínica donde se realizaron algunas de las primeras intervenciones quirúrgicas sobre el sistema nervioso.

A su vuelta, en 1915, abre en Bilbao una consulta privada para enfermedades del sistema nervioso que pronto adquiere una excelente reputación. Más tarde será nombrado Jefe de la Consulta de Neuropsiquiatría del Hospital Civil de Bilbao, donde desarrolló una importante tarea especialmente dedicada a la neurología. Además, entre 1924 y 1936, la Gaceta Médica del Norte y la Academia de Ciencias Médicas de Bilbao (ambas nacidas en 1895), adquirieron un nuevo dinamismo gracias a la entusiasta aportación de una nueva generación de médicos, entre los que se encontraba López Albo. 



El Dr. López Albo fue socio fundador de la Asociación Española de Neuropsiquiatras en 1924, enviando por correo su voto de adhesión desde Bilbao. En esa reunión fundacional es elegido vocal, cargo que mantuvo hasta la Reunión de Bilbao por él organizada en 1928. Posteriormente ostentó la Presidencia de la AEN entre 1930 y 1935. Fue también miembro del Comité de Redacción de Archivos de Neurobiología (fundada en 1919 por Ortega y Gasset, Lafora y Sacristán y que pasó a ser órgano oficial de la Asociación Española de Neuropsiquiatras).



El 30 de Septiembre de 1924, la Comisión Permanente del Manicomio de Zaldívar, poco antes inaugurado el 28 de Julio de 1923 (ver foto-reseña), decide el nombramiento de López Albo como su primer Médico Director, cargo mantenido en funciones hasta entonces por el Dr. Hueto desde el Hospital de Bermeo.

Además de su lógica dedicación a las tareas hospitalarias, ayudado en estas por el Dr. Severo Aranzamendi y con el Dr. Atilano Feijóo al frente del Laboratorio, no descuidó la importancia de otros enfoques preventivos, defendiendo la pertinencia de los abordajes extrahospitalarios y comunitarios, recomendando el desarrollo de dispensarios y clínicas neuropsiquiátricas como alternativas al enclaustramiento manicomial y desde donde se dirigiría el tratamiento social complementario a través de "enfermeros visitadores" (ampliar ideas sobre el dispensario y clínica neuropsiquiatricos). Conceptos vanguardistas que defiende en otro momento señalando la falta de una organización de conjunto que integrara al manicomio y el ambiente social donde este se hallaba inmerso. Recomienda entonces no sólo la creación del cuerpo de enfermeras visitadoras, sino de auxiliares sociales (es de destacar que el hospital no contó con su primera Asistente Social hasta 1969).

Tres años y medio después de su nombramiento, manifestó su renuncia a la dirección, tras haber sido invitado desde Santander (por indicación de Marañón) para organizar el nuevo Hospital fundado por el Marqués de Valdecilla, así como su Servicio de Neuropsiquiatría. Cesó en Zaldibar a partir de Mayo de 1928 (ver carta de renuncia), siendo su sueldo en aquella época de 12.000 pts. anuales (ver foto cena de despedida).

Con múltiples publicaciones y aportaciones a diversos encuentros científicos, trabajó en la potenciación y mejora del nivel científico y profesional local. En 1928 organizó, en los locales de la Academia de Ciencias Médicas de Bilbao, la III de las Reuniones Nacionales de la AEN junto a la II Reunión Anual de la Liga de Higiene Mental. Aquí fue elegido Aranzamendi como vocal de la Asociación.

Participó de forma activa en la vida de la asociación, acudiendo a sus Reuniones en las que hizo diversas aportaciones, entre las que destacamos la Ponencia "Plan moderno de asistencia a los alienados", presentada con Fuster, Sacristán y Marín Agramunt en el "primer acto científico y efectivo de la Asociación Española de Neuropsiquiatras" que tuvo lugar en Barcelona entre el 21 y 23 Junio de 1926 . A lo largo de las diversas aportaciones de la ponencia, así como las conclusiones ulteriores que, debatidas y aprobadas por la Asamblea, pueden considerarse como la postura oficial que sirvió de punto de partida a la Asociación, se constataba una vez más la penosa situación de la asistencia psiquiátrica en España y se reiteraba la demanda de una reforma profunda similar a la que había sido realizada con éxito en otros países: sustitución de los viejos manicomios por hospitales psiquiátricos modernos, con un servicio abierto de admisión y observación; clínicas psiquiátricas en los hospitales provinciales; laboratorios clínicos e histopatológicos; talleres o explotaciones agrícolas para la laborterapia; practicantes o enfermería especializada; servicios psiquiátricos en las cárceles; establecimientos especiales de seguridad para enfermos conflictivos y peligrosos (Lázaro, 2000).
Otras aportaciones de interés clínico fueron realizadas por ejemplo en la Sexta Reunión (Granada, 1932), donde dirigió la Ponencia "Parasitosis del neuroeje". Igualmente fue comisionado por la asociación, durante varios años, para su representación en diversos encuentros internacionales como la Reunión Neurológica de París. En 1929 fue designado por parte de la AEN para la organización del Congreso de alienistas y neurólogos en lengua francesa que tendría lugar en Barcelona con ocasión de su Exposición Universal. También ocupó el cargo de Secretario del Comité Médico Provincial de la Liga de Higiene Mental. 

Descrito como de carácter recto, honrado y meticuloso, tras su paso por Zaldibar, fue nombrado Director de la nueva Casa de Salud Valdecilla así como responsable de su Servicio de Neuropsiquiatría entre 1929 y 1930, dejando una impronta y recuerdo que aún hoy perviven. Republicano de izquierdas y nada clerical, fueron estos aspectos que sin duda impidieron su ascenso profesional y truncaron el desarrollo de la escuela que hubiera impulsado en otras circunstancias. Habiendo mostrado cierta reticencia a algunos intentos de recomendaciones por parte de la Marquesa, tomó la decisión de dimitir de su cargo cuando el Patronato Rector del Hospital (fundamentalmente aristócratas, plutócratas y clero) recortó las atribuciones del Director Médico e impidió el desarrollo de un cuerpo de enfermería seglar profesional. Este era uno de los proyectos más importantes de López Albo, que incluso había traído enfermeras extranjeras para que enseñaran a las españolas. Pero esta aspiración se vio cercenada al concederse los máximos poderes directivos a la comunidad religiosa de las Hermanas de la Caridad de San Vicente Paúl, quedando la Madre Superiora como depositaria de las funciones de dirección, docencia y administración del hospital, relegándose a López Albo a cuestiones puramente profesionales médicas.

El otoño de 1930, deja Santander y regresa a Bilbao retomando su consulta, a la vez que ostenta la presidencia de la AEN desde ese año hasta 1935. A la vez sigue asistiendo a las sesiones de la Academia y colaborando en la Gaceta, que en esos años pasó a denominarse Revista Clínica de Bilbao y donde igualmente publican Feijóo y Aranzamendi sus tesis doctorales entre otros trabajos.


En 1936, tras el triunfo electoral del Frente Popular de izquierdas, es llamado de nuevo a Valdecilla para ocupar el cargo de Director, donde desarrolla con eficacia y honradez esa labor en momentos tan difíciles. A las tareas propias del cargo se añade la necesidad de poner orden en la anarquía imperante, así como la protección de muchos de sus compañeros independientemente de su filiación política.

En esa época seguía manteniendo su residencia en Bilbao, adonde se desplazaba los fines de semana. En 1937, con la entrada de los nacionales en Santander, embarcó con su mujer y cinco hijos hacia San Juan de Luz. De allí pasa a Niza donde reside unos pocos meses. Mientras tanto, desde algunos periódicos de Santander, en un intento de desprestigio, se le acusa de haberse fugado con el costoso radium del hospital y que gracias a su venta "se estaba dando la gran vida en Niza". El radium efectivamente había salido en manos de López Albo, por orden del gobernador civil socialista que quiso evitar cayera en manos del bando nacional, siendo entregado al Gobierno de la República en París, pasando posteriormente a México para más tarde volver de nuevo a Valdecilla.

De Niza viaja a Barcelona, donde desempeña el cargo de Director de Sanidad Militar del Ejercito Republicano hasta 1939. Por fin, sale de nuevo de España hacia Cuba, de donde era originaria su esposa. No recibiendo facilidades allí, en 1940 se desplaza a Monterrey en México, donde se integra como profesor universitario de psiquiatría, neurología y neuroanatomía. En 1942 se traslada a México capital, donde ostenta el cargo de Jefe de Sala de Neuropsiquiatría y Neurocirugía del Sanatorio Español de México, donde desarrolla cierta escuela. Seguidamente abre una clínica neuropsiquiátrica junto a Lafora, que también debió exiliarse entre 1939 y 1947.
Aquí falleció el 28 de Diciembre de 1944, a los 55 años, poco después de una intervención quirúrgica de riñón. 



Hasta aquí la vida de un Colindres de pro,el cual como tantos otros no se ha reconocido debidamente  en nuestro pueblo.

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